Blog de Antonio Javier Roldán sobre adolescencia y educación

Capítulo 11


viernes, octubre 17th, 2008

 

De mayor quiero ser…

 

En otros tiempos la vocación por una profesión podía quedar solapada por la realidad familiar, por lo que la opción del estudio no siempre era factible en la economía del hogar. Hoy en día los jóvenes tienen sus necesidades primordiales y de ocio bien cubiertas, incluso de forma holgada, por lo que les resulta chocante que les animemos a labrarse un porvenir si están plenos en su presente. Sin embargo mantienen la misma ilusión por emanciparse y ser felices en la vida adulta que teníamos nosotros. Por eso yo siempre les digo que gracias a los estudios pude elegir mi profesión y que ahora vengo al colegio a disfrutar y que… ¡Además me pagan por ello! También les suelo decir que ya son mayores para escoger uno de los dos caminos que se abren ante ellos. El primer camino resulta atractivo a corto plazo y consiste en ser totalmente libre en la juventud para luego ser esclavo de un trabajo que no les gusta durante cuarenta años. El segundo camino les obligará a someterse a planes de estudio, sacrificio y responsabilidad al principio, pero podrán disfrutar de su libertad durante la etapa adulta. La elección está ahí, frente a ellos, en un momento en el que el camino fácil aparece repleto de atractivos ante sus ojos.

Hay quien dice que la vida laboral de un profesor es monótona, predecible y repetitiva. A los que afirman tal cosa les invitaría a una excursión -a cargo de “La Pavoteca”, paga la casa- a una clase de ESO en algún centro escolar de los etiquetados como conflictivos, para que se empape de monotonía. También se comenta que los docentes somos afortunados por disponer de largas vacaciones, lo cual no deja de ser cierto, pero habría que añadir que gran parte de esos días libres los usamos en preparar las materias o actualizarnos con las últimas novedades. Sin ir más lejos, en mi caso, siendo licenciado en matemáticas, he tenido que enseñar, con más o menos fortuna, química, biología, geología, electrónica o carpintería. Me he peleado con taladros, sierras de calar, equipos informáticos, cuadros eléctricos, decorados de teatro y pistolas termo-fusibles. Desde que soy tutor me he visto obligado a ponerme al día en drogas, sexualidad, psicología básica, técnicas de estudio, autoestima, resolución de conflictos, alimentación, ecología y alguna noción de terapia familiar. A nivel burocrático, me he empapado con dificultad de las legislaciones de educación con sus inevitables programas y currículos, navego con soltura -entre huracanes- por el reglamento de régimen interior, y sé aplicar los protocolos para las entrevistas con las familias. ¡Ah! Y no debo olvidar que todos estos conocimientos tengo que llevarlos a la práctica de forma que sean motivantes, por lo que debo explotar algunos recursos del Club de la Comedia para no perder a mi estimado público.

Cuando echo la vista atrás me doy cuenta de que gran parte de ese bagaje que necesito en mi profesión, surgió de pequeñas puertas que se abrieron en mi infancia. A algunos juguetes como el Mecano, el Tente o el Electro-L les debo el haber sobrevivido diez años al taller de tecnología en la ESO. Los discos que mis padres dejaron en mis manos me ensañaron a ser ecléctico en materia musical y me ayudaron a autoeducarme emocionalmente durante la adolescencia y a comprender mejor la cultura actual de mis alumnos. Los viejos programas de mano de películas clásicas, con los que me distraía en casa de mis abuelos, me hicieron amar el cine, y desde el cine salté a la literatura, motivo por el cual ahora me animo a escribir estas líneas. Mi padre puso en mis manos el primer ordenador que entró en nuestras casas, el mítico Spectrum, que fue la semilla que ha permitido que ahora enseñe informática a mis alumnos. Pero la influencia más importante, la base sobre la que sustento mi vida, son los valores que me mostraron mis padres con sus palabras y, sobre todo, con sus hechos. Cuando alguna familia me agracede mi labor como tutor pienso en ellos porque sé que lo que me han enseñado ni venía ni en los manuales ni lo encontré en la facultad.

Por eso desde aquí animo a las familias a que abran muchas pequeñas puertas a sus hijos, aun sabiendo que un alto porcentaje de ellas se almacenarán en el trastero en forma de colección de sellos, enciclopedia de los animales, uniforme de hockey, maqueta de avión o fascículos de minerales, porque en un futuro no muy lejano la vocación aparecerá minutos después de recibir la nota de la PAU (Selectividad para los no iniciados) a partir del equipaje de nuestra memoria y de nuestras expectativas para el futuro.

Como decía en un artículo de mi blog “Corazones de tiza en las paredes del patio”, las pequeñas cuerdecitas que dejemos atadas durante la tempestad habrán sobrevivido cuando vuelva el buen tiempo.


Antonio Javier Roldán

Colaboraciones

Homenajes a nuestros padres

Durante la adolescencia se inicia un lento alejamiento de la vida familiar que culmina con la emancipación. Para los padres la juventud de sus hijos está repleta de signos que les indican el paso del tiempo y que, de alguna manera, les recuerda que su labor educativa está llegando a su fin. Sin embargo, este papel afectivo, educador, confortante y generoso de los padres acompañará a sus hijos a lo largo de la vida, conviertiendo sus figuras en un faro que les alumbrará incluso en la noche más cerrada. Por eso, en este capítulo, he reservado este hueco para rendirles un sincero homenaje desde el corazón de sus hijos.

Mi abuelo, Antonio Roldán Manjón Cabeza, poeta lucentino, dedicó estos versos a su madre en su libro “A la luz de los velones” (1956):

A MI QUERIDA MADRE

Si Dios quisiera que por darte vida
la mía por la tuya se cambiara,
para que libremente se escapara
¡con qué placer me causaría una herida!

Me dejaste por Dios, madre querida,
haciendo que en tu ausencia más te amara.
Jamás olvidaré de aquella cara
en que tanta bondad quedó prendada.

Tú te fuiste del mundo sin dolores
quedando al fin tu corazón inerte
después de repartir tantos amores.

Yo un consuelo sentí, cuando al perderte,
supe que Dios también quiere las flores
y que manda por ellas con la muerte.

 

Araceli, que ahora disfruta de su primera nieta, nos muestra su añoranza por sus padres ya ausentes:

AÑORANZA

Evoco vuestro rostro tan querido
con rasgos de entrega confiada;
la misma que yo siento al recordaros
con un amor
aún presente en vuestra huella.

Con vosotros aprendí lo que es vejez,
cómo se vive desde dentro.
Unidos caminamos junto a ella
con sólo la fuerza del amor
que es, quizá, la mayor fuerza.

Ahora vuestros cuerpos son ceniza,
polvo fundido con la tierra;
polvo que aún siento entre mis manos
siempre que añoro su presencia.

Vuestra imagen me visita con ternura;
vuestra voz
música grabada en mi recuerdo,
iluminando las vivencias
de tantos años de tenernos.

 

Paula Pina Arrieta cursa 2º de ESO. Se encuentra en ese punto intermedio, entre la infancia y la juventud, en el que más que nunca necesitará la paciendia, el amor y la compañía de sus padres. Ha escrito esta carta:

CARTA A TODOS LOS PADRES

Queridos padres:
En esta etapa tan difícil, la adolescencia, os escribo para daros gracias por…

Gracias por traernos al mundo.
Gracias por estar con nosotros siempre cuando os necesitamos.
Gracias por aguantar nuestras malas contestaciones.
Gracias por educarnos correctamente.
Gracias por hacernos ver la vida de distintas maneras.
Gracias por llevarnos a un buen colegio.
Gracias por darnos tantas oportunidades.
Gracias por querernos tanto siempre.
Gracias por darnos una casa digna.
Gracias por darnos todo lo que hemos querido y mucho más.

Gracias por estas cosas y por otras muchas más. Y lo sentimos si no os hemos respetado como os merecíais. Esperamos hacer nosotros lo mismo más adelante.
Espero que si alguien lee esta carta, piense en todo lo que han hecho nuestros padres y madres por nosotros.

Gracias, Papá y Mamá.

 

También Javier Sánchez Ávila, de 13 años, quiere aprovechar el inicio del curso para decirles a sus padres lo importantes que son para él. Les ha dedicado esta carta:

 

QUERIDOS PAPÁ Y MAMÁ

Queridos padres:

Ahora, que tengo 13 años quiero dedicaros esta carta.

Papá:
TE QUIERO. Se que nunca te lo he dicho, pero siempre pienso en ti. Me has enseñado lo que es la vida. Cuando estoy triste, tú me alegras el día con bromas. Me has enseñado desde pequeño a llamarte papá. Has estado en los momentos difíciles siempre a mi lado. Tus enfados conmigo siempre han sido para bien.

Mamá:
TE QUIERO. Porque siempre estás conmigo en lo bueno y en lo malo. Me has llevado contigo desde pequeño a todos los lados para conocer más lugares. Sé lo que has sufrido conmigo. Ya como soy adolescente, no puedo hacer lo mismo que de pequeño. Me has enseñado a llamarte mamá.

Todo lo que sé os lo debo a vosotros. Gracias por todo, siempre estaréis en mi corazón.

Con cariño vuestro hijo.

 

Puedes enviar tus reflexiones, poesías o artículos sobre la adolescencia para que se publiquen en “La pavoteca” enviando un correo electrónico.

 

La Pavoteca examina a…

Joaquín Leguina

Biografía: Wikipedia

Web: Blog personal

1.Pregunta de Matemáticas: ¿A qué edad recuerda que se inició su adolescencia?

A los 13 años.

2.Pregunta de Ciencias Sociales: ¿Cómo percibía entonces la sociedad que estaba descubriendo?

Orden y desconcierto.

3.Pregunta de Tecnología: Hoy en día muchos adolescentes se sienten fascinados por las consolas, los ordenadores, los móviles… ¿En qué empleaba usted su tiempo libre?

Lecturas, fútbol y atletismo.

4.Pregunta de Lengua: ¿Cómo era su comunicación con los adultos?

Mala.

5.Pregunta de Educación Física: ¿Le importaba mucho su aspecto físico?

Nada.

6.Pregunta de Educación Plástica: En la adolescencia procuramos escoger nuestra ropa según la imagen que queremos transmitir a los demás. ¿Cómo era su imagen entonces?

Los trajes me los escogían… y algunos eran los de mi padre dados la vuelta.

7.Pregunta de Ciencias Naturales: ¿Recibió alguna información sobre educación sexual o prevención de drogas fuera del entorno familiar?

Pues no. Y la única droga que se conocía era el Anís del Mono.

8.Pregunta de Música: ¿Qué tipo de música o artistas escuchaba en su adolescencia? ¿Los sigue escuchando?

Ópera, zarzuela, boleros y tangos… sigo fiel.

9.Pregunta de Idioma extranjero: ¿Sintió alguna vez que nadie le comprendía?

Sí, y sigo sintiéndolo.

10.Pregunta de Religión/Ética: Al llegar a esta etapa de la vida, ¿hubo algún cambio en sus valores o principios?

Esos cambios se produjeron lentamente.

¡Muchas gracias, Joaquín!

Materiales recomendados

Web: “Sólo hijos”

Solohijos.com es un portal dirigido a padres y madres orientado a informar, aclarar ideas imprecisas, rectificar creencias erróneas, ofrecer consejos prácticos, proponer actividades lúdicas y abrir un espacio común de diálogo para todas aquellas personas interesadas. El material se encuentra clasificado por edades en seis intervalos, entre los 0 y los 17 años, siempre con un índice común que expongo al final de la reseña. El último segmento, que está enlazado aquí, corresponde a la adolescencia, entre los 13 y los 17 años.

Cada entrada del índice está repleta de artículos, y cada uno de ellos tiene tres enlaces, a su resumen, a los consejos prácticos sobre el contenido tratado y a otros artículos de temas similares. La lectura de los mismos resulta muy amena y clara.

Índice

  1. Ámbito escolar
  2. Comportamiento
  3. Crecimiento
  4. Discapacidades
  5. Emotividad
  6. Familia
  7. Hábitos
  8. Inteligencia
  9. Salud
  10. Tiempo libre
  11. Valores


IMPORTANTE: Cuando pongas un comentario el Blog te pide que sumes dos números para que este sea aceptado y evitar el spam. Por ejemplo: Si pone “Por favor añada 10 y 5” entonces hay que escribir 15. Si haces mal la suma te suspende en matemáticas.


4 Responses to “Capítulo 11”

  1. Una madre Says:

    Me parece estupenda esta sección como homenaje a los padres, sobre todo a estas edades tan sensibles,en las que son buenas estas paradas, para valorar lo verdaderamente importante.

    Las reflexiones que haces, destinadas a los chicos, y también a los padres, son de una riqueza y sinceridad limpias y directas, nacidas de tu experiencia. Te doy la enhorabuena como persona y profesor, por tu sensibilidad, dando gracias porque haya docentes como tú.

    Me ha emocionado la referencia a tus padres. La verdad es que hablas de cosas muy importantes para la felicidad de la persona, que parece no estar de moda tocar en la actualidad. Muchos problemas se evitarían viviendo esos valores que comentas.

  2. Fernando Says:

    Antonio, muchas gracias por tu comentario y por tu voto.

    He estado dando una vuelta por tu blog y me ha parecido una iniciativa muy interesante (además de arriesgada, ya que intentar entender y explicar la etapa de la adolescencia la considero una tarea titánica), así que tienes mi voto.

    ¡Mucha suerte con tus chicos y con el concurso!

    Un abrazo

  3. Pedro Escudero Says:

    Aunqeu no soy ni de lejos tan optimista como tu en cuanto al buen resultado que tiene estudiar (es decir que a los 40 años no tengas un trabajo que odies), si que me parece encomiable que hagas una entrada como esta porque clarifica ciertos asuntos. Además coincido contigo en que es necesario dejar todas las puertas abiertas a los chicos, como decía mi abuelo, “luego no sabes lo que vas a necesitar”.

    Un saludo,

    Pedro.

  4. Davicine Says:

    Enhorabuena por tu blog. Me parece una buena iniciativa para que tengan todos los padres un punto de encuentro y saber como tratar ciertas situaciones.

    Te he conocido en 20 minutos y guardado en favoritos, ganando un fan, pues tengo varios amigos con problemas que muchas veces leer este tipo de blogs les puede ayudar.

    Nos vemos en 20 minutos (el diario) y te leo.Enhorabuena

Leave a Reply

Calcula *