Blog de Antonio Javier Roldán sobre adolescencia y educación

Capítulo 14


viernes, noviembre 7th, 2008


 

Un ring en el salón

 

Todo ocurrió por una tontería. Parece ser que Carlos había sido invitado al cumpleaños de Menganitez en un local que el susodicho había alquilado a un comerciante en los bajos de su tienda, algo así como un zulo con poca ventilación y nulo control legal. Aquel sotanillo inmundo iba a ser el escenario de un desparrame del 9 en una escala del 10 en el que Pérez quería recrear un remake de “Risky Business” con toques evocadores de “Porky´s”. Los padres de Carlos observaban boquiabiertos como su cachorrito les contaba con absoluta naturalidad los planes que pensaba perpetrar el sábado tarde-noche-madrugada. ¿Cómo qué vas a ir a dónde, para hacer qué, en compañía de quién? Tú deliras hijo. Entonces fue cuando las paredes temblaron.

A Carlitos la negativa de sus padres le pareció “propia de un par de dictadores”, con tendencia a “coartar sus más elementales libertades” y “digna de ser restregada por la bolsa escrotal”. Ante tan magno exabrupto, su padre se contuvo, contando hasta diez para no picassearle el rostro a su vástago, evitando salir en los papeles como ejemplo de brutalidad parental. Así el ring de pelea se instaló en el salón, como quien no quiere la cosa, y se libró una batalla verbal en la que los reproches acumulados en las últimas semanas fueron utilizados como armas arrojadizas entre ambos contrincantes.

Es comprensible que a veces ambas partes se dejen llevar por el corazón más que por la cabeza. Al fin y al cabo, hablamos de una discusión entre personas que se quieren y conocen, peligrosa combinación a la hora de causar daño con las palabras. Es muy importante que ante esta situación los adultos sepamos tomar las riendas para minimizar las consecuencias de la pelea y, si es posible, apartarla hasta que los nervios desaparezcan.

Aunque a veces escuchemos una propuesta del adolescente que podemos calificar de peligrosa para su integridad, descabellada o absurda, resulta conveniente que nos guardemos esos calificativos para nosotros mismos, para que el contrincante no se repliegue en sí mismo cual tortuga en su caparazón. Ya se sabe que un caparazón es opaco, impermeable y muy resistente. Cuando nos vemos inmersos en una discusión airada hay que dejar al joven que haga su discurso y desarrolle sus ideas, incluso aplaudirle cualquier resquicio de sensatez en sus palabras, para así enseñarle que, dentro de los límites marcados, existe espacio para el diálogo. Es un buen método para centrarnos en el propio problema y no en la discusión. Nos encontramos ya con un pequeño adulto en ciernes con el que ya hay que renunciar y negociar, sin perder con ello la autoridad.

¿Cómo actuar cuándo en ese clima de afectividad y diálogo surge la expresión hiriente o la falta de respeto? Lo primero que hay que hacer es no reaccionar en caliente, para poder abordar el tema más adelante, cuando escampe, de forma tranquila y pausada. Es comprensible que los padres sientan dolor cuando la personita a la que han entregado durante sus años su amor, entrega y tiempo se les enfrenta apuntando con su arma al corazón. Cuando de la boca del adolescente sale una acusación o reproche de bastante crudeza, tenemos que diferenciar si ha surgido a raíz de los límites que le estamos poniendo, tan necesarios en esas edades, –Capítulo 2– o si existe algún problema de fondo que conviene aclarar. Por eso es bueno retomar lo ocurrido pasados los días, cuando las heridas estén cicatrizando.

Algunos padres, ante esta situación, piensan que algo hicieron mal durante su educación en la infancia, pero no suele ser así. Si los cimientos son buenos aguantarán el huracán con pocos daños. El enfrentamiento con los adultos y la oposición a su familia son propios de la edad, e incluso forman parte de la transición a la edad adulta.

Una vez aceptado que la discusión hay que evitarla para que no sea ella misma el centro del debate, retomando el diálogo pausado en cuanto sea posible, debemos tener en cuenta que propiciando un diálogo y una negociación nos obligamos a razonar de forma argumentada y que a estas edades ya no vale el “porque yo lo digo”, el “soy tu padre, y basta” o “lo que dices son estupideces de tu edad”. Entramos en una fase de paciencia infinita en la que no podemos ponernos a la misma altura que ellos, porque nuestra autoridad, como ya se ha comentado en este blog –Capítulo 4-, nace de la coherencia y del afecto.

La misma paciencia, que evita que entremos al trapo en la discusión, nos permitirá esperar los resultados a largo plazo, porque en el fondo, durante esa discusión, el adolescente actúa como una esponja y se va guardando las enseñanzas de sus mayores para recuperarlas el día menos pensado.

Quizás no broten los frutos en el ring del salón, pero sí en el de la vida.

 

Antonio Javier Roldán

 

Colaboraciones

Recuerdos de un profesor jubilado (VI): Chuchi “El sandalias”

Yo creo que todo comenzó con el Concilio Vaticano II, que hizo mucho más cercana la figura de Jesús y todo lo religioso. También pudieron contribuir algunos movimientos católicos comprometidos, como la JOC, la HOAC y los curas obreros. O quizás fue el musical “Jesucristo Superstar”, e incluso el movimiento Taizé. Puede que fuera, y es lo más probable, la conjunción de muchas causas, pero el hecho fue que en los años 70 del siglo XX, todos nos hicimos una imagen nueva de Jesús de Nazaret.

En pocos años, el dulce Corazón de Jesús, el impresionante Crucificado de nuestra Semana Santa, o el temible Cristo Rey fueron sustituidos por otras imágenes, por otros modos de percibir su figura. Apareció el Jesús guerrillero, un poco a lo Che Guevara, que venía a liberar a los pueblos de su opresión. Muchas habitaciones juveniles tenían a las dos imágenes presidiendo su vida. Era el conductor de la liberación de los pueblos. El cristianismo no era una religión, era humanismo, y su método, muchas veces debería ser el análisis marxista. Se pasó del Ver-Juzgar-Actuar de los años sesenta a la dialéctica Tesis-Antítesis- Síntesis. No nos hablen de cielo e infierno. Jesús es el liberador de los oprimidos.

En el otro extremo, Jesús podía ser el amigo invisible, que no se mete en política, sino que te da nueva energía espiritual, que incluso se puede manifestar con milagritos. También en las habitaciones juveniles podía estar colgado un cartel de Jesús con la orden de “Se busca”, y con la recompensa de la vida eterna para quien lo encontrara, y eso lo intentaban muchos jóvenes, deseosos de superar la religión sacramentalista de sus padres. Surgió una nueva espiritualidad, que buscaba una línea más directa al margen de los ritos. Pero también Jesús podía ser un cantor protesta, un hippy, un payaso alegre que nos hace felices e incluso un extraterrestre con grandes poderes. Cada joven tenía su Jesús particular. Esto trajo a veces una mentalidad de secta, y podía ser difícil que un carismático entendiera a un “kiko”, o que los más mayores entendiéramos la oración de los grupos de Taizé.

En todos los colegios religiosos y parroquias se representaba “Jesucristo Superstar”, o bien otros musicales que lo imitaban, y que trataban sobre San Francisco o cualquier otra figura entre las más cercanas (y que eran muy pocas) que ofrecía el Cristianismo. Todos los jóvenes querían encontrar un Jesús cercano a su realidad y la mayoría fracasaron. Nadie les habló de la imposibilidad de desprender de su figura el misterio que la rodeó desde siempre. Todos quisimos un Jesús asimilable a nuestra ideología o circunstancias, pero me temo que no se dejó.

En mi parroquia se optó por las Comunidades de Base. Vivíamos la fe en grupos, y a veces nos mezclábamos, no sin trabajo, adultos, jóvenes y niños, y nuestro Jesús nos hablaba a través de la Biblia. Por lo menos, en eso confiábamos. Abríamos el libro sagrado con la esperanza de que Jesús nos orientara con sus palabras antiguas, como si estuviera allí agazapado esperando nuestra consulta. Tampoco nos libramos de los estereotipos sobre Jesús. Recuerdo un encuentro de fin de semana, coordinado por toda una figura nacional en la organización de grupos religiosos juveniles, y que, ante el asombro de los más veteranos, comenzó su charla sobre Jesús con las palabras: “Ahora vamos a hablar de Chuchi el sandalias”.

Antonio Roldán Martínez (Web)

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La Pavoteca examina a…

 

Ángel Nieto

Biografía: Wikipedia

Blog: Moto GP

1.Pregunta de Matemáticas: ¿A qué edad recuerda que se inició su adolescencia?

Con 12 ó 13 años. Con esa edad ya sabía lo que quería que fuera mi futuro: las motos. A veces dejaba el cole para irme con la moto por ahí.

2.Pregunta de Ciencias Sociales: ¿Cómo percibía entonces la sociedad que estaba descubriendo?

En lo que respecta a mi deporte, el motociclismo era totalmente minoritario. La gente me tomaba por loco, pensaba que era un majara. Me veían pasar por la calle con la moto y creían que era un ‘zumbao’… Hombre, ¡en esa época sí que estábamos un poco locos! Mi familia no tenía ni idea de lo que era una moto. Yo fui el primero que quiso dedicarse a esto. Siempre he sido muy persuasivo, sobre todo cuando quería algo. Realmente, cuando me proponía algo, lo conseguía como fuera.

3.Pregunta de Tecnología: Hoy en día muchos adolescentes se sienten fascinados por las consolas, los ordenadores, los móviles… ¿En qué empleaba usted su tiempo libre?

En esa época, con 14 ó 15 años, me dedicaba a la moto. Ya me había trasladado a Barcelona y trabajaba como mecánico. No había consolas, ni móviles… de la tecnología que hay hoy, no existía prácticamente nada. Era otra vida, nada que ver. En estos 45 años han pasado muchas cosas.

Actualmente, creo que el acceso a las nuevas tecnologías y a la información es una maravilla: los jóvenes saben antes lo que es la vida. Pero también pierden mucho antes la juventud. El ser niño, depende de cómo y dónde te muevas, desaparece. Con 14 ó 15 años, ya te comportas como un tío de veintitantos años. Hoy se empieza mucho antes en las cosas y también se acaba mucho antes. Y es una pena.

En mi deporte, yo fui campeón del mundo con 37 años y me retiré a los 39. Hoy en día, a un piloto de 30 años le dicen que se vaya a casa ya. Creo que no debería ser así. Porque con 30 años, si no has tenido muchos accidentes ni lesiones, estás en el mejor momento: tienes experiencia, sabes lo que quieres. Me da pena por eso. Se empieza desde pequeñito: dejan de jugar y de pasárselo bien y los hacen mayores demasiado pronto.
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4.Pregunta de Lengua: ¿Cómo era su comunicación con los adultos?

Yo con mi padre tampoco me sentaba a decirle lo que yo quería. Era un tío genial, fantástico y me dejó hacer lo que yo quería en la vida. Mi madre era un poco más la que controlaba el tema y está encantada y orgullosa de mí y de mis hermanos. Era todo muy diferente. Los padres se dedicaban básicamente a trabajar. Había que pagar las facturas. Yo vengo de una familia muy humilde. Mi madre fregaba escaleras y mi padre era taxista.

5.Pregunta de Educación Física: ¿Le importaba mucho su aspecto físico?

Yo es que en el físico no me he fijado hasta que he sido ya mayor. Era consciente de que no era ningún Alain Delon. Bueno, a medida que vas creciendo, pues te compras ese tipo de ropa que crees que te sienta bien y que refleja más tu estilo, tu personalidad… Ahora, paso mucho. Hubo una época en que le dedicaba más tiempo, pero ahora me da igual.

6.Pregunta de Educación Plástica: En la adolescencia procuramos escoger nuestra ropa según la imagen que queremos transmitir a los demás. ¿Cómo era su imagen entonces?

Cuando empecé a moverme por Italia me acuerdo que me compré unos zapatos iguales a los que le había visto a Adriano Celentano, blancos y negros. Hubo una época en que tenía mucha pasión por las cosas: me gustaban los relojes, ropa… Pero ahora me da igual.

7.Pregunta de Ciencias Naturales: ¿Recibió alguna información sobre educación sexual o prevención de drogas fuera del entorno familiar?

En mi casa no se hablaba de nada de eso. No sabían lo que eran las drogas. Y el sexo era tabú. Pero a mí las chicas me gustan desde muy pequeño. Las motos y las chicas han ido paralelo.

8.Pregunta de Música: ¿Qué tipo de música o artistas escuchaba en su adolescencia? ¿Los sigue escuchando?

Cuando era jovencito era un fan de Marisol, por ejemplo. Pepa Flores es una señora encantadora. Le tengo mucho cariño, porque la conozco y es genial. Y bueno, también los Beatles, los Rollings, Joe Cocker… Pero la verdad es que a los 15 años no tenía ningún sentido de la música: sólo vivía para las motos.

9.Pregunta de Idioma extranjero: ¿Sintió alguna vez que nadie le comprendía?

Yo tampoco me daba cuenta de si me entendían o no. A mí me daba igual. Yo iba a lo mío.

10.Pregunta de Religión/Ética: Al llegar a esta etapa de la vida, ¿hubo algún cambio en sus valores o principios?

Yo veía la vida de una manera y cuando empecé a hacerme mayor, la vi de otra. Empecé a pensar en mi familia, en cómo salir de la pobreza donde estábamos. Empecé en pensar en mis padres, en echarles una mano, en mis hermanos.

MENSAJE DE ÁNGEL NIETO PARA LOS ADOLESCENTES

Yo les diría que aprovechen esa edad, que pasa muy rápido. Y es una edad genial para poder divertirte, pasarlo bien. Si te gusta el fútbol, pues te dedicas a ello; si te gusta estudiar, esfuérzate.

Lo que no me gusta es que el tema económico, el dinero está muy presente hoy en la sociedad que vivimos. Tanto tienes, tanto vales. Y creo que los tiros no van por ahí para la gente joven.

Me da la sensación de que lo más importante para un chaval jovencito es que tenga ilusión por algo. Algo que le haga levantarse cada mañana con motivación para afrontar un día con energía. Y centrarse en una cosa, no tocar 20 cosas a la vez.

Sobre todo eso, disfrutar de esos 14 ó 15 años, que se pasan volando.

¡Muchas gracias, Ángel!

Materiales recomendados

 

Web: “Padres y colegios”

El grupo editorial Siena tiene en la calle varias publicaciones de contenidos educativos. Una de ellas es “Padres y colegios” y su versión digital. En “Padres y colegios” encontramos opiniones y artículos de profesionales de la educación, pero también de personas conocidas, en otros campos, que aportan su visión de la aventura de ser padres.

Resultan muy interesantes los foros en los que se intercambian opiniones sobre cuestiones como el fracaso escolar, la hiperactividad, los centros educativos o las drogas, así como alguna guía para los padres en temas en los que se suele patinar por falta de información como puede ser la compra de videojuegos (ideal para las fechas que se aproximan).

También admite suscripción para el número impreso (sólo pagando los gastos de envío) o el digital por correo electrónico.

En “Educar hoy” podemos consultar una buena selección de las noticias sobre educación que pueden sernos de utilidad.

Índice

  1. Formación.
  2. En portada.
  3. Familia y sociedad.
  4. Educar hoy.
  5. Opinión.
  6. Hasta en las mejores familias.
  7. Guía para padres.
  8. Participa.
  9. Barómetro (encuestas).
  10. Foros.


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