Blog de Antonio Javier Roldán sobre adolescencia y educación

Capítulo 29


viernes, febrero 20th, 2009

 

¿Cómo se conecta?

 

Cuando la tecnología del entretenimiento no había entrado todavía en los hogares, los adolescentes de entonces recorríamos nuevos mundos, viajábamos con nuestra imaginación y aprendíamos a reconocer los sentimientos a través de la lectura. Dice una leyenda urbana que un abuelo no hace mucho se acercó a la fiesta de cumpleaños de su nieto, un nene de ocho años, con “La isla del tesoro” bajo el brazo. El pequeñajo tomo el libro en sus manos, lo examinó con atención y le preguntó a su abuelo qué por donde se conectaba el cable USB. El pobre abuelo le miró con infinita tristeza y observó como aquel volumen, primorosamente encuadernado, era colocado sin reparo sobre un estante, rodeado por una pila de discos compactos y los mandos de la Play.

Siempre digo que uno de los lastres que afectan a los estudiantes de hoy en día es la cultura de lo inmediato. ¿Hace falta tragarse doscientas páginas de un tocho si lo mejor es la escena final? ¿Necesito estudiar tantos años si en mi juventud ya disfruto de todas las comodidades? ¿Para qué voy a vivir mi iniciación afectiva sexual de forma progresiva, saboreando cada etapa como preludio de la siguiente, si mi cuerpo ya está preparado para ser usado a pleno rendimiento? ¿Debo buscar información veraz para el trabajo de sociales si lo tengo todo hecho en la Wikipedia? Todo a un clic de ratón. El tiempo es oro y hay que minimizar el esfuerzo maximizando los resultados, sin tener en cuenta los efectos que esa conducta pueda causar a corto y a largo plazo.

Ya he comentado alguna vez en este blog que la percepción del tiempo en los adolescentes no tiene nada que ver con la de los adultos. Mientras que el adulto actúa como hormiga que guarda alimentos para el invierno -lo ve más cerca, me temo- la cigarra se dedica a disfrutar del momento. Eso sí, cuando llegan las primeras nieves vemos la cigarra saliendo a toda velocidad en busca de la paciente hormiga, la cual lo estaba viendo venir. Estos tecno-adolescentes han sido criados a la sombra de Internet, los móviles, las videoconsolas de última generación y la música en mp3 descargable en pocos minutos. Es imposible que entiendan el concepto de paciencia, de recompensas a años vista o de planificación de sus propios estudios.

En este caldo de cultivo es en el que los profesores y las familias nos empeñamos en hacerles ver a los más jóvenes la necesidad de leer, como necesidad académica -problemas de lectura comprensiva, falta de vocabulario, ortografía-, pero sobre todo como medio de búsqueda de ellos mismos a través de la exploración de otras realidades, gozando de la diversidad de pensamiento, tolerando otras culturas, abriendo nuevas puertas al conocimiento y respirando la belleza que un libro es capaz de arrancar de nuestro corazón mediante el azote de sus palabras. Lo tenemos difícil para competir con Internet, los videojuegos, la televisión o el lenguaje SMS. Si estamos perdiendo esta batalla será necesario replantear la estrategia para no sucumbir en la guerra.

Vamos a analizar detenidamente al “enemigo” para unirnos a él y plantear nuevas formas de actuación:

  • Los adolescentes han crecido entre estímulos y nosotros entre letras. Lo asumiremos. Por lo tanto tendremos que aprender a venderles el producto haciéndolo más interactivo con sus pasiones multimedia. ¿No es eso lo que ha logrado J.K. Rowling? Películas, juegos, páginas web…

     

  • Los jóvenes leen, pero leen distinto, saltando de página en pagina mediante los hipervínculos. Pues hagamos la narración más dinámica, con su propio lenguaje y una acción más dinámica intercalada entre las descripciones. A veces, aunque son parcos en expresión, el nuevo ágora que es Internet les está obligando a expresar sus sentimientos de forma escueta, pero efectiva. Ya tendrán tiempo de evolucionar a otros estilos como el ensayo.

  • Se meten por los ojos “ladrillos” de 500 páginas sobre vampiros sin pestañear, pero no conciben tragarse un clásico de pocos capítulos. ¿Por qué no les ofrecemos bucear en clásicos más contemporáneos? ¿No puede ser la obra de Tolkien una referencia para introducirse en el mundo de la fantasía? Seguro que con el tiempo preguntan por Ulises.

  • La intencionalidad de sus lecturas es similar a la de otras generaciones, adentrarse en mundos desconocidos y apasionantes. Evidentemente, si a mí con 12 años me hablan en una novela de una sociedad de redes de comunicación, móviles o juegos 3D, pensaría que me están describiendo una realidad de fantasía rozando la ciencia-ficción. Sin embargo en ese entorno se mueven ellos cada día. Necesitamos tener más imaginación para saciar de experiencias a una generación que han nacido con los sentidos desarrollados frente a una pantalla. El libro tiene que superar en atracción al poder del cable.

  • Por muchos argumentos apasionantes que les ofrezcamos, su gran aventura es crecer. Vamos a proponerles obras sobre la iniciación a la vida adulta. Es más, si están en la fase de rebelión ante sus mayores, que no nos dé miedo mostrarles historias sobre personas tan inconformistas como ellos.

  • Si leen revistas o periódicos deportivos, no los menospreciemos. En ellos también existen el análisis, la crítica o la descripción.

  • Prediquemos con el ejemplo. Si a los adultos de referencia nos ven con la tele apagada y leyendo un libro, nos imitarán. También podemos visitar con ellos la biblioteca más cercana y ayudarles a buscar en el catálogo volúmenes que se ajusten a lo que ellos demandan.

  • Animémosles a escribir un diario, un blog o una narración. Les ayudará a comprender el poder y la fascinación que se esconden tras la lectura.

Decía un proverbio árabe que “Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo”. A lo mejor nos toca a los adultos cuidar más ese espacio mágico en el que crecen los secretos del corazón, entre el aroma de las flores, el alimento de los frutales y la esencia de la vida en el aire. Incluso de la contemplación de las malas hierbas se puede extraer enseñanzas provechosas.

Antonio Javier Roldán

Puedes enviar tus reflexiones, poesías o artículos sobre la adolescencia para que se publiquen en “La pavoteca” enviando un correo electrónico.

 

La Pavoteca examina a…

 

Paco González

Biografía: Wikipedia

Web: Carrusel Deportivo

1.Pregunta de Matemáticas: ¿A qué edad recuerda que se inició su adolescencia?

Es que no sé muy bien cuando empieza “eso”, cuando eres pre-adolescente y cuando se te cae el pre. Si es el momento en el que uno se plantea todo, se pregunta todo y lee sus primeros libros “adultos”, creo que fue con 13 o 14 años… y el libro era “Demian” de Herman Hesse.

2.Pregunta de Ciencias Sociales: ¿Cómo percibía entonces la sociedad que estaba descubriendo?

Me parecía un poco aburrida, no veía muchas salidas… es como si me diera miedo o fuera pesimista. Sólo me apasionaban la música y el deporte…. Y los amigos. El resto era un mundo que no me pertenecía.

3.Pregunta de Tecnología: Hoy en día muchos adolescentes se sienten fascinados por las consolas, los ordenadores, los móviles… ¿En qué empleaba usted su tiempo libre?

Con dos canales tan solo de tv, me tragaba todo el deporte que podía, escuchaba mucha radio deportiva… y me pasaba horas oyendo música, especialmente Dire Straits. Salía con mis amiguetes, o a jugar al fútbol o a pasar la tarde hablando de todo y de nada. Mis amigos eran de mi barrio y de mi cole y no había necesidad de un sms, un toque al telefonillo y dejabas todo para bajar y estar con ellos.

4.Pregunta de Lengua: ¿Cómo era su comunicación con los adultos?

Con mi madre excepcional, sinceridad absoluta… dentro de que a esa edad uno tiene un mundo de secretos que considera inconfesables a nadie. Con mi padre distante, había un gran diferencia de edad. Y con mis hermanos, todos mayores, inmejorable con mi hermana, la mas cercana en edad, y con el segundo de mis hermanos. Fuera de la familia, los adultos no existían para mí, salvo los profesores, y con ellos, había un poco de todo.

5.Pregunta de Educación Física: ¿Le importaba mucho su aspecto físico?

Sí, yo me veía feo, bajito.. normalmente me consideraba peor que los demas sin llegar a extremos preocupantes. Luego lei una frase del “desiderata” que me acompañó siempre….” No te compares con los demás, porque te volverás triste (si es mejor que tú) o te volveras engreído (si es peor)”… y deje de hacerlo. Pase a preocuparme sólo por chuminadas como la ropa y eso.

6.Pregunta de Educación Plástica: En la adolescencia procuramos escoger nuestra ropa según la imagen que queremos transmitir a los demás. ¿Cómo era su imagen entonces?

Normal. Como ahora. Nunca me identifiqué con corrientes mod, rocker , punk, etc….un chico más. Llamar la atención no es lo mío.

7.Pregunta de Ciencias Naturales: ¿Recibió alguna información sobre educación sexual o prevención de drogas fuera del entorno familiar?

Sí, educación sexual en el colegio… y eso que eran los salesianos. Y sobre las drogas eran más discursos vacíos que otra cosa. Sobre las drogas el gran consejo me lo dio mi hermano, que me llevó al centro Azca en Madrid y me enseñó a 15 tíos tirados por el suelo, con unas pintas que daban no miedo, sino lástima. Y me dijo…”a eso se llega por el caballo”.

8.Pregunta de Música: ¿Qué tipo de música o artistas escuchaba en su adolescencia? ¿Los sigue escuchando?

Dire Straits, Springsteen, The Police….. los de entonces. Y sí, los sigo escuchando pero no tanto. He evolucionado en el tiempo hacia un monton de estilos que han ido surgiendo, y a la vez retrasándome también para descubrir a Dylan o los Stones en toda su grandeza.

9.Pregunta de Idioma extranjero: ¿Sintió alguna vez que nadie le comprendía?

Varias veces, pero … yo tiendo a pensar que si todo el mundo está contra mí es que soy yo el equivocado. Lo del que conduce en dirección contraria a todos y piensa que todos son pilotos suicidas. Y con eso se me pasaba pronto esa sensación. Ahora bien, entonces y ahora, creo en cosas que sólo yo creo y ni me molesto en contrastarlas con otros.

10.Pregunta de Religión/Ética: Al llegar a esta etapa de la vida, ¿hubo algún cambio en sus valores o principios?

Bueno, al llegar a esa epoca se empezaron cimentar esos valores. O sea que cambio no hubo, porque venía de la inopia más absoluta.

¡Muchas gracias,Paco!

Materiales recomendados

 

Web: Ciberfamilias

Comentábamos en el capítulo anterior los peligros  a los que están sometidos los más jóvenes al navegar solos por Internet sin más protección que su propio sentido común. En esta web las familias y profesores podemos encontrar consejos sobre seguridad, confictos, ciberadicción o ciberdelincuencia.

También aquellas personas que se sientan desbordadas por una tecnología que no conocen, pueden aprender lo más básicos en la sección “Aprende con nosotros”.

Otros recursos interesantes son los enlaces, las líneas de ayuda y los foros de familias.

En resumen, es una página en la que debemos detenernos todos los adultos que tratamos con adolescentes que navegan habitualmente por la red..


COMENTARIOS: Cuando pongas un comentario el Blog te pide que sumes dos números para que este sea aceptado y evitar el spam. Por ejemplo: Si pone “Por favor añada 10 y 5” entonces hay que escribir 15. Si haces mal la suma te suspende en matemáticas.

One Response to “Capítulo 29”

  1. Antonio Says:

    Creo que el profesorado debe ser imaginativo, y no despreciar por poco académicos los recursos TIC. En relación al tema que desarrollas esta semana, creo que el blog de aula (si es temático mejor) es un instrumento excelente para que el alumnado ejercite la lectura y escritura con motivación.