Blog de Antonio Javier Roldán sobre adolescencia y educación

Capítulo 43


viernes, mayo 29th, 2009

 

Estoy en crisis

 

Mayo de 1985. Aunque la primavera flota en el ambiente y la naturaleza parece despertar de su letargo, Antonio se siente marchito por dentro. Son de esos días en que todo sale mal. Las Ciencias Naturales continúan su inexorable camino hacia el desastre, para disgusto de sus padres; ninguno de sus amigos parece darse cuenta de que está sufriendo porque los hombres, no saben transmitir los mensajes del corazón; su cuerpo está somatizando el estrés y las hormonas; ella está tan perdida como él, pero al menos se resigna a la incertidumbre; su percepción del mundo que le espera le horroriza por la hipocresía, la demolición de la imagen de los adultos y las dudas que agrietan sus creencias; y a su alrededor observa como la moda de los porros va fagocitando a otros jóvenes más perdidos que él, lo cual le crea una enorme preocupación.

Esa tarde ha explotado. No puede más. Resulta inútil sentarse a estudiar si las lágrimas le van a nublar la vista y ahoga la poca fuerza de voluntad que le queda, así que coge su cazadora y decide irse. Les dice a sus padres un escueto “Voy a darme un paseo para relajarme” y les deja con el corazón en un puño mientras le ven alejarse hacia la puerta. Camina sin rumbo lejos de su casa, de su barrio, del entorno donde transcurre su exploración de la sociedad que le aguarda junto a sus iguales, pisando calles desconocidas para adentrarse en su propia esencia. El edificio está cayendo, planta a planta, ladrillo a ladrillo, pero al menos cada vez es más perceptible el desmoronamiento general. Nota el vértigo, el vacío y la angustia de quedarse rodeado de escombros y no poder controlar su adolescencia En su viaje al otro lado del hogar se topa con rostros cuya indeferencia hacia él le descubren que en la gran ciudad nadie cuidará de él salvo las personas que le quieren. Comes o te comen en un parchís sin barreras de protección. Entonces es cuando nota en el bolsillo que un objeto le acompaña en su soledad…

Su familia le está apoyando en ese viaje que debe realizar por sí mismo, en el que el deslumbrante castillo de naipes, que creía firme, ha caído. Aunque sufran por él y teman que su inmadurez le prive de llegar a su destino sano y salvo, han sabido dejarle en el bolsillo una brújula confeccionada pacientemente con los valores y las enseñanzas que conforman unos cimientos resistentes a la crisis. Según cae la tarde, esa brújula iluminará el trayecto hacia su casa.

Como si se tratara de una metamorfosis, Antonio decide dejar tras sus pasos todo el lastre que ha acumulado en los primeros momentos de la adolescencia. No volverá a confundir el enamoramiento con la búsqueda del amor; no permitirá que sus problemas interfieran en sus responsabilidades; escuchará a quien pueda enseñarle, pero también al que quiera compartir con él sus inquietudes; dejará de quejarse por las injusticias, arrimando el hombro para erradicarlas; guardará en el trastero su infancia, pero le quitará el polvo de vez en cuando, porque sin ella su equipaje quedaría vacío.

Según vislumbra el calor del hogar nota como algo está muriendo en él y como la esencia de lo que es se abre paso para comenzar de nuevo. Ya en casa, sus padres le dirán que estaban preocupados por su ausencia, pero apreciarán en su mirada que el viaje no ha sido en balde.

Es de noche y, aunque el cuerpo está agotado, el corazón late tan deprisa que no puede conciliar el sueño. De la silla que hay junto a su cama toma su carpeta de apuntes y el estuche. En cada separador Antonio ha escrito las canciones que le están marcando su adolescencia Scorpions, Bon Jovi, Barclay James Harvest… En uno de los espacios libres dibuja torpemente otra versión libre de una ilustración del dibujante José Luis Cortés, en la que él aparece escuchando el “Empty Rooms” de Gary Moore -su ídolo- y junto a ella narra lo sucedido esa tarde, por si alguna vez necesita recordar su propio compromiso:

En el lugar más oscuro de la ciudad hay una persona cansada de llorar, ahogado por la tristeza camina con rumbo a ningún sitio, porque sabe muy bien que dejará su última herencia al sol para florecer como un hombre nuevo, devolviendo su vida al fuego que nunca debió abandonar. Pero las sombras no lo saben, le observan, viven, pero no lo saben.

Él siente todo el amor del mundo en una sola palabra que le ata para ser libre. El viento susurra su nombre mientras poco a poco se derrumba. La noche está creciendo, cae al fango y otra mentira hiere lo más profundo de su corazón. Sus pies caminan con lentitud, sus ojos buscan el infinito y su voz se pierde en la soledad mientras se abraza a un árbol buscando el último cobijo para caer despacio en sus raíces. Todo es silencio en la ciudad, pero una silueta brillante avanza hacia él. El silencio es paz, la luz amor, pero él permanece quieto, sin calor. Un caballo blanco cabalga alrededor, fijando sus ojos rojos en el alma, se acerca, con arrogancia y demostrando poder.

En un último esfuerzo, sube al caballo y juntos se alejan en la noche en busca de la eternidad. Toda ha terminado, pero tú no te has muerto. Tú no puedes morir nunca. Sin ti no puedo vivir, no existo. Sé que volverás…

Con las primeras luces del alba una paloma busca cobijo junto a una flor. Todo empieza de nuevo.

Leyendo su propio texto, veinticinco años después, Antonio recuerda cada uno de los sentimientos de aquella tarde de primavera, así como el trayecto que siguió en aquel paseo en el que la crisis le sirvió para tomar la determinación de reconstruir su vida desde los cimientos que le regalaron sus padres, abuelos, profesores y demás adultos que le orientaron desde pequeño. Observa la amarillenta carpeta cubierta por imitaciones de Cortés. Le resulta gracioso comprobar como la totalidad de las canciones que anotó, junto a las fotos que pegaba, en los días de la adolescencia, se encuentran ahora en formato mp3 en el disco duro de su ordenador. Selecciona en el reproductor la canción sobre la soledad de Gary Moore, que describía el dibujo, mientras escribe en su blog sobre la adolescencia. Gary Moore ya no hace “heavy metal, sino blues.

Tampoco Antonio decora ya las carpetas -bueno, algunas sí…-, pero al menos disfruta pintando corazones de tiza en las paredes del patio del colegio.

El curso escolar está llegando a su fin. Antonio, que ahora es profesor, intuye que en apenas un mes “sus pavitos” dejarán de ser los mayores dentro del grupo de los pequeños del colegio, para ser los más pequeños de los mayores. Se están despidiendo de la infancia y lo notan. Así que llegará el último día de clase y tendrá que soltar la cuerda para que vuelen solos. Como todos los años les dará algún que otro consejo para no recoger un carro de calabazas en el exigente curso siguiente, pero también les dirá que cuiden sus cimientos, esos que se van configurando desde el nacimiento y que serán una robusta base sobre la que construir sus vidas cuando llegue el momento de levantarse tras una crisis.

Sobre ese sustento de valores, fortalecido por el amor, podrán construir maravillas.

Antonio Javier Roldán


Colaboraciones

Empty Rooms

La soledad es tu única amiga.

Un corazón roto que no se puede remendar
Es el precio que pagas.

 Es duro comprobar que el amor va envejeciendo.
Los días se hacen largos y las noches frías
Cuando se desvanecen.

 Supones que ella cambiará de idea
Pero los días transcurren
Y nunca sabrás porque ella se ha ido.

 Ves su cara en la multitud,
Oyes su voz, pero todavía te sientes orgulloso,
Así que te das la vuelta.

 Te dices a ti mismo que serás fuerte,
Pero tu corazón te dice
Que esta vez estás equivocado.

 Supones que ella cambiará de idea
Pero los días transcurren
Y nunca sabrás porque ella se ha ido.

 Habitaciones vacías,
Donde aprendemos a vivir sin amor…

 Totalmente solo en una habitación vacía,
La soledad es tu única amiga,
Ella se ha ido y tú estás en el final.

Gary Moore

 Puedes enviar tus reflexiones, poesías o artículos sobre la adolescencia para que se publiquen en “La pavoteca” enviando un correo electrónico.

 

La Pavoteca examina a…

 

Cayetana Guillén Cuervo

Biografía: Wikipedia

Web: Versión Española

1.Pregunta de Matemáticas: ¿A qué edad recuerda que se inició su adolescencia?

Tuve una adolescencia relativamente feliz, hasta los 17. Y un calvario emocional hasta los 22 o 23.

2.Pregunta de Ciencias Sociales: ¿Cómo percibía entonces la sociedad que estaba descubriendo?

A contracorriente. Antipática y compleja. Y no muy comprensiva con nosotros.

3.Pregunta de Tecnología: Hoy en día muchos adolescentes se sienten fascinados por las consolas, los ordenadores, los móviles… ¿En qué empleaba usted su tiempo libre?

Estudiaba Periodismo y Arte Dramático, y trabajaba. Vivo sola desde los 19 años. No tenía mucho tiempo libre, pero leía, y viajaba todo lo que podía. Leer y viajar. Y si hacía las dos cosas a la vez, mejor.

4.Pregunta de Lengua: ¿Cómo era su comunicación con los adultos?

Bastante fluida. Siempre he ido con gente algo mayor que yo, excepto ahora, que me ocurre lo contrario. Con mi familia, esa etapa fue algo más complicada.

5.Pregunta de Educación Física: ¿Le importaba mucho su aspecto físico?

Sí. Y estaba llena de complejos que me martirizaban. Sufrí mucho con ese tipo de inseguridades.

6.Pregunta de Educación Plástica: En la adolescencia procuramos escoger nuestra ropa según la imagen que queremos transmitir a los demás. ¿Cómo era su imagen entonces?

Bastante cañera. Y con un jersey atado eternamente al culo para que no se me viera.

7.Pregunta de Ciencias Naturales: ¿Recibió alguna información sobre educación sexual o prevención de drogas fuera del entorno familiar?

No. Lo recibí dentro de mi entorno familiar. Hablo bastante con mis padres, sobre todo con mi padre.

8.Pregunta de Música: ¿Qué tipo de música o artistas escuchaba en su adolescencia? ¿Los sigue escuchando?

Música española de los 80. Desde la más radical, a la más pop. Y la sigo escuchando.

9.Pregunta de Idioma extranjero: ¿Sintió alguna vez que nadie le comprendía?

Constantemente.

10.Pregunta de Religión/Ética: Al llegar a esta etapa de la vida, ¿hubo algún cambio en sus valores o principios?

Nunca estuve cerca de la Iglesia, pero en esta etapa la distancia se hizo definitiva. Empecé a colaborar con movimientos solidarios que me hacían sentirme útil, a favor de la objeción de conciencia (todavía había servicio militar obligatorio), Green Peace, viajé mucho por la India y colaboré en varias acciones. Y ahí sigo.

¡Muchas gracias, Cayetana!

Materiales recomendados

 

Libro: La voz de los adolescentes

Javier Elzo ha realizado numerosos estudios sobre la adolescencia, acercándose al tema desde la afectividad pero también desde el realismo de las estadísticas. En este libro analiza los grandes temas de la adolescencia aportando todos los datos de sus investigaciones, pero dejando al final de cada capítulo que sean los protagonistas los que tomen la palabra y nos narren sus experiencias con las drogas, la sexualidad, la comunicación con los adultos, sus miedos o valores.

“La voz de los adolescentes” nos ayuda a explorar un terreno a veces desconocido para padres y educadores, pero que es una realidad que debemos conocer para ayudarles a realizar el viaje hacia la etapa adulta.

Índice

  1. Retratos de adolescentes.
  2. Presente y futuro de la familia española.
  3. El miedo en los escolares.
  4. El botellón como paradigma del ocio juvenil.
  5. Cuando la sexualidad ocupa la escena.
  6. Los padres en su labor educadora y la voz de sus hijos.


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