Blog de Antonio Javier Roldán sobre adolescencia y educación

Capítulo 37


viernes, abril 17th, 2009

 

La agresividad

 

Cuenta una leyenda que en un hermoso país un día nació un príncipe, tan esperado por el pueblo que la noticia corrió por los caminos, surcando las montañas y navegando entre las atalayas de la costa. Sus padres en palacio no dejaban de recibir las felicitaciones de dignatarios de todo el mundo y en cada jornada llegaban decenas de regalos para el futuro monarca. El niño fue objeto de todos los cuidados inimaginables, fue atendido por los mejores médicos y educado por los profesores más eminentes Toda aquella enorme atención se producía de forma inmediata sin inculcarle el valor de la paciencia, confundiendo el amor con el consentimiento, para que no fuera a convertirse en un rey traumatizado por la palabra “no”.

Si el pequeño quería un caballo nuevo, este sería seleccionado por toda la comarca; si la comida no era de su agrado, se tiraba a los cerdos y se le hacía un plato especial; cuando se aburría de sus juguetes se avisaba al carpintero para que le fabricara uno nuevo. A veces sus deseos no eran cumplidos de inmediato y el príncipe montaba en cólera, alterando el ánimo de su familia y la paz del castillo, por lo que sus gritos y pataletas lograban acelerar el cumplimiento de su voluntad. Los reyes cedían ante la presión de su enfado, una manera cómoda y efectiva de acabar con su ira. Así el príncipe descubrió que en la ausencia de normas y comunicación, la violencia era una buena forma de lograr sus propósitos, por lo que siguió haciendo uso de ella en su juventud.

Sin embargo, su pueblo, el mismo que le encumbró con sus adulaciones, empezó a dejar de amarle, produciendo una frustración personal en el príncipe, que derivó en inseguridad. Así que hizo del amedrentamiento su regla de gobierno para tenerlo todo controlado y hacerse respetar por la fuerza.

Una mañana el primer ministro llegó asustado a palacio. Un emperador tirano se estaba acercando a la frontera para conquistar el país. Los reyes, ya ancianos, delegaron en su hijo la defensa de sus tierras y súbditos, pensando que esa violencia que emanaba desde su infancia al menos supusiera un factor a favor en la guerra. El príncipe miró con desdén a sus padres y les dijo que eran un par de inútiles, que menos mal que estaba él para sacar la espada y guiar a sus ejércitos hacia la victoria. Y así lo hizo…

En el campo de batalla las tropas esperaban enfrentadas una señal de sus líderes para comenzar la contienda. Entonces el emperador mandó un emisario a parlamentar con el príncipe ofreciéndole unirse a él, entregar el país sin necesidad de derramar sangre y acompañarle en la conquista de nuevos territorios. La infancia del emperador había sido muy distinta a la del príncipe, porque él había sufrido unos padres violentos y autoritarios, que trataron de educarle desde el castigo físico y los gritos, aprendiendo así que el triunfo y el poder nacían de la imposición por la fuerza de una idea o un deseo.

El príncipe nunca había tenido normas en su vida, una jerarquía o una persona a la que respetar, por lo que quedó seducido por la autoridad del Emperador aunque su propuesta fuera del todo ilegal y consistiera en someter a pueblos enteros desde la amenaza y la coacción. Así que aceptó su ofrecimiento, porque ambos descubrieron que la violencia les uniría en su afán de conquista.

A veces no nos damos cuenta de que las conductas violentas no surgen en la adolescencia porque sí, sino que se van conformando como estratos desde la permisividad, el consentimiento o -desde el extremo opuesto- la excesiva disciplina o la intolerancia.

Como siempre, es tan difícil lograr el equilibrio, saber acertar…

Si hemos sido permisivos hará falta recuperar el respeto desde la coherencia y la firmeza en consensuar o fijar normas -dependiendo de la edad-; pero si hemos sido unos dictadores, quizás debamos sacar del desván la comunicación y la afectividad. Sea como sea, mejor hoy que mañana.

Antonio Javier Roldán

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La Pavoteca examina a…

 

Mayte Martínez

Biografía: Wikipedia

Web: Oficial

1.Pregunta de Matemáticas: ¿A qué edad recuerda que se inició su adolescencia?

Creo recordar que fue con mi primer ligue, a eso de los 14 años.

2.Pregunta de Ciencias Sociales: ¿Cómo percibía entonces la sociedad que estaba descubriendo?

Como algo novedoso, pero que implicaba más responsabilidad. Te empiezas a percatar de que todo no es tan bonito como lo que hay a tu alrededor y que suceden cosas malas contra las que no puedes luchar.

3.Pregunta de Tecnología: Hoy en día muchos adolescentes se sienten fascinados por las consolas, los ordenadores, los móviles… ¿En qué empleaba usted su tiempo libre?

Al vivir en un pueblo pequeño y tranquilo, pasaba mucho tiempo en la calle jugando con mis amigas, haciendo travesuras, excursiones a lugares prohibidos por nuestros padres, leyendo. Poco a poco empecé a utilizar mi tiempo libre en ir a entrenar, y progresivamente dejó de ser tiempo libre…

4.Pregunta de Lengua: ¿Cómo era su comunicación con los adultos?

Normal, pero prefería estar con gente de mi edad.

5.Pregunta de Educación Física: ¿Le importaba mucho su aspecto físico?

Bastante. De pequeña tenía complejo porque era muy delgada. Afortunadamente eso después se volvió a mi favor y me permitió ser atleta, mi pasión. Nos guste o no, vivimos en una sociedad que prima muchas veces la belleza por encima de otros valores mucho más importantes.

6.Pregunta de Educación Plástica: En la adolescencia procuramos escoger nuestra ropa según la imagen que queremos transmitir a los demás. ¿Cómo era su imagen entonces?

Casi siempre he vestido de sport, pero prestaba mucha atención a que tanto la ropa como los colores conjuntasen.

7.Pregunta de Ciencias Naturales: ¿Recibió alguna información sobre educación sexual o prevención de drogas fuera del entorno familiar?

No. Sabías por lo que oías en la tele y hablabas con las amigas.

8.Pregunta de Música: ¿Qué tipo de música o artistas escuchaba en su adolescencia? ¿Los sigue escuchando?

Me gustaba mucho Heroes del Silencio, Madona, U2. He evolucionado poco musicalmente hablando

9.Pregunta de Idioma extranjero: ¿Sintió alguna vez que nadie le comprendía?

De vez en cuando.

10.Pregunta de Religión/Ética: Al llegar a esta etapa de la vida, ¿hubo algún cambio en sus valores o principios?

Afortunadamente mis padres me transmitieron una educación en valores, y les estoy muy agradecida. El único cambio que creo que he tenido han sido mis creencias religiosas, no me considero atea, pero casi.

¡Muchas gracias, Mayte!


Materiales recomendados

 

Libro: Carta a una hija adolescente

El subtítulo de este libro es “Para ayudar a afrontar los 60 temas más importantes de la vida” porque, aunque está escrito en forma de carta de una madre a su hija, realmente es un libro de texto sobre la materia “Aprender a vivir” para orientar a las familias y a sus hijas en la adolescencia y el tránsito a la edad adulta. En esta carta se habla del amor y de las dificultades que les espera a la adolescente en el camino de la vida, desde el respeto y la mirada inteligente de las emociones.

La mejor reseña para conocer un poco más este libro es comprobar la riqueza del ínidice de temas que trata:

Índice

  1. Comunicación.
  2. Pasión.
  3. ¿Qué hay que hacer para tener exito?
  4. Verdad y honestidad.
  5. Tu actitud te convetirá en una triunfadora.
  6. Cuando quieres gustar.
  7. Hablemos.
  8. Modales.
  9. Ser una adolescente.
  10. Dios y el mapa que nos fue dado.
  11. ¿Por qué los valores aportan felicidad?
  12. Consejos útiles sobre la vida.
  13. No tienes que ser perfecta.
  14. Relájate, todo resultará más fácil.
  15. Muchas facetas de tu personalidad.
  16. Relaciones.
  17. Amigos.
  18. Diferentes tipos de amor.
  19. Familia.
  20. Padres.
  21. Entender a las madres.
  22. Abuelos.
  23. Enamorarse, y el amor en sí mismo.
  24. Cuando él no sabe que existes.
  25. Cuando tú no le amas.
  26. Cuando él no te ama.
  27. Sexualidad.
  28. Sexo y relaciones sexuales.
  29. Hacer el amor por primera vez.
  30. Matrimonio.
  31. ¿La lectura puede ser un pasatiempo guay?
  32. Tu cuerpo.
  33. Ejercicio, la clave para el bienestar.
  34. Tu mente afecta a tu salud.
  35. Trabajar más eficientemente, no más duro.
  36. Ser una líder.
  37. Temas económicos.
  38. ¿Cocinar o no cocinar?
  39. Viajar.
  40. Animales.
  41. Deja que la belleza de la naturaleza te llene de energía.
  42. Música.
  43. Reflexionar acerca de una profesión.
  44. Realizar una entrevista.
  45. Tu felicidad: ¿cómo lo llevas?
  46. Cuando no consigues lo que quieres.
  47. Cuando las cosas se ponen difíciles en la escuela.
  48. Cuando estás enfadada.
  49. Sobrellevar el cambio.
  50. Tomar una decisión difícil.
  51. Cuando has cometido un error.
  52. Tentación.
  53. El tabaco, la bebida y las drogas.
  54. Cuando necesitas ayuda.
  55. Sentirse sola o estar sola.
  56. Romper.
  57. Divorcio.
  58. Cuando alguien cercano muere.
  59. Cuando hay un desorden de la alimentación o del ejercicio.
  60. Si te golpea la tragedia.
  61. Donde se esconde el peligro.


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One Response to “Capítulo 37”

  1. Anónimo Says:

    mui bonito buena esplicación

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