miércoles, enero 2nd, 2013
Las otras posturas |
Durante la adolescencia todas las generaciones hemos mostrado interés por el sexo, natural, pero en cada época el acceso a la información y al material erótico no ha sido igual de fácil. En España, sólo en sesenta años, hemos pasado de tirarle tinta a la película Gilda a disponer de 429.000.000 entradas en internet para la palabra “sexo”. Teniendo en cuenta que hoy en día nuestros jóvenes tienen acceso a la red mediante del ordenador y, muy a menudo, el smartphone, es de suponer que son todos unos expertos en “fontanería aplicada”.
Por eso resultaría ridículo impartir una charla o un curso sobre afectividad y sexualidad centrándose solamente en los aspectos físicos. Aunque a veces te llevas sorpresas… El caso es que los vídeos y fotos con contenido erótico explícito muestran unas relaciones muy artificiales, con sumisión por parte de la mujer y sin comunicación afectiva. Cuando hablamos de estos temas en clase les suelo decir a mis alumnos que comparar ese material con la realidad es como analizar la labor de un arqueólogo a través de la saga de Indiana Jones: todo sigue un guión saturado de hipérboles y licencias.
Por eso creo que en nuestra labor como educadores, padres o madres, debemos afrontar “nuevas posturas” para trabajar un “Kamasutra emocional”. Eso no suele enseñarse ni en la televisión ni en internet…
POSTURA DE ESCUCHA: no es mi estilo criticar a los jóvenes, porque somos nosotros los responsables del entorno social y de la educación que han recibido, pero debo decir que es cierto que tienen una gran dificultad para escuchar. Son muy visuales e interactivos y les cuesta ser sujetos receptores de la información. Saber escuchar es un arma de seducción muy notable y fomenta la empatía. Además, un adolescente necesita ser escuchado.
POSTURA DEL JUEGO: como decía antes, no confundamos a Indiana Jones con Juan Luis Arsuaga. En el material accesible por la red nunca se verán las risas, la complicidad o la comprensión ante un mal día o una dificultad. El placer físico puede acompañarse con el placer de la diversión o el juego en pareja.
POSTURA DE LA TERNURA: vale, lo admito… Aquí las chicas ganan por goleada porque han aprendido desde niñas a transmitir sentimientos con el cuerpo. No es raro ver a dos amigas abrazarse o darse un beso al encontrarse por el colegio. A los chicos nos cuesta. Más que abrazar golpeamos la espalda y lo de besar a un amigo nos da “mucho respeto”. Para la ternura siempre hay tiempo, como decía la canción. A veces las palabras sobran y es el cuerpo el que sabe consolar, acompañar o tranquilizar.
POSTURA DEL ETERNO ENCUENTRO: muy avanzada, para parejas compenetradas. Aunque parezca imposible, a veces sucede que pasan diez años, veinte, treinta, cuarenta, y todavía te emocionas cuando ella, o él, entra por la puerta o te la encuentras por la calle. Enamorarte cada día requiere ser un experto en el “Kamasutra emocional”. No lo intente en casa sin haber ensayado las posturas anteriores.
Y ahora te propongo un reto. ¿Te atreves a sugerir nuevas posturas para este artículo?
(Puedes mandármelas como comentario en el blog, por correo o por twitter)
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