sábado, noviembre 5th, 2016
Huelga de deberes-Huelga de hijos
Un ordenador dispone básicamente de dos tipos de memoria. Por un lado encontramos la RAM, la memoria de trabajo, la que usamos para llevar a cabo la mayoría de las tareas, pero que se borra cuando apagamos el equipo. Es lo que en nuestro cerebro conocemos como memoria inmediata. Cuando esos conocimientos se trabajan y se organizan entonces se pueden considerar aprendidos. En el ordenador se colocan por categorías en el disco duro y se almacenan de forma permanente.
A veces un alumno confunde “entendido” con “aprendido”, pero no se da cuenta de que sus conocimientos se encuentran todavía en la memoria inmediata, por lo que estos serán olvidados rápidamente. ¿Cómo he suspendido si me lo sabía? Tú lo has dicho: has conjugado en pasado, pequeñín.
Esta semana le explicaba a mi tutoría que los conocimientos que un alumno se limita a memorizar sin comprender están condenados a ser olvidados porque no se almacenan en la memoria a largo plazo. Sin embargo, cuando se intenta comprenderlos y relacionarlos con otros conceptos, ya conocidos, serán más fáciles de memorizar. La memoria inmediata se alimenta de los sentidos (hay que estar atento en clase) y se guardan a largo plazo con el trabajo personal, que se puede hacer en el aula o en clase.
La labor que necesitamos realizar tras explorar un nuevo camino en nuestra ruta de aprendizaje precisa de ciertas tareas. En mi caso, como profesor de matemáticas, procuro que mis alumnos afiancen sus conocimientos en mi aula para que yo pueda orientarles en su proceso, porque considero que seis horas en el cole dan para mucho y, bien aprovechadas, te permiten disfrutar luego de más tiempo libre. Sin embargo, cada alumno tiene unas características diferentes y no todos lograrán alcanzar la meta con la misma estrategia, así que al llegar a casa deberán dar un paso más personalizado para archivar lo aprendido en la memoria a largo plazo. Soy de los que piensan que la verdadera atención a la diversidad es la que se hace a la salida del colegio con orientación del profesor. En mi caso he puesto a su disposición un aula virtual con actividades de ampliación, problemas, ejercicios y test, para que cada elija una vía de aprendizaje adaptada a su situación.
También yo, como docente que debe estar en plena formación, asisto cada año a diversos cursos en los que me presentan nuevas ideas que luego preparo y analizo en mi casa para hacerlas mías. Esta segunda fase del proceso de aprendizaje se suele llamar deberes porque se realiza fuera del ámbito de la escuela.
Este fin de semana algunas familias se han puesto en huelga de deberes, acusando a los profesores de cargar en exceso de tareas a los alumnos. Los deberes han existido toda la vida, pero es ahora, en el siglo XXI, cuando empiezan a ser un problema en casa. ¿Qué ha cambiado para que surja este movimiento?
1) Los niños de hoy en día han sido educados en la ley del mínimo esfuerzo y han nacido en un mundo tecnológico en el que todo está a su alcance. Además, en España, tienen sus necesidades cubiertas. ¿Para qué esforzarme si ya lo tengo todo?
2) En la mayoría de los hogares los padres pasan muchas horas fuera de casa, porque en España no es posible conciliar vida laboral y familiar. Los niños son “aparcados” en colegios que tenga clase por la tarde o son matriculados en actividades extraescolares, por lo que llegan a casa muy tarde para compaginar el juego con los deberes.
3) Hace años, si un profesor te castigaba tus padres te decían “algo habrás hecho”. Ahora te dicen “algo habrá hecho mal el profesor”. Existe una profunda falta de respeto profesional hacia el docente, por lo que cualquier indicación que haga a su alumno o a su familia es comentada y analizada en los grupos de whatsapp de los padres.
4) Hoy en día, todos aquellos alumnos a los que sus padres entregaron pantallitas en la infancia (cariño, déjale el móvil a la niña para que deje de jodernos, que quiero ver la Champions tranquilo) o se les dejó moverse sin límites (porque no tenemos tiempo para sentarnos con ellos) ahora se han convertido en chavales consentidos e incapaces de estar quietos en una silla. Luego pagas un psicólogo para que le ponga nombre a la enfermedad que tú mismo le has causado. Por eso los alumnos de hoy en día no aprovechan las clases y en casa necesitan trabajar el doble, entendiendo lo que han explicado en clase y reforzando ese conocimiento.
Moraleja. Haced huelga de deberes, quitadle autoridad al profesor, evitadles a vuestros hijos cualquier tipo de sufrimiento y permitid que crezcan sin límites. Dentro de unos años, cuando los soltemos en la selva serán devorados por cualquier alimaña, y para entonces no habrá solución, ni estaremos sus maestros para orientarles.
Yo propongo a mis alumnos que cambien la huelga de deberes por una huelga de hijos.
Porque basta ya de huérfanos con padres.