domingo, febrero 12th, 2017
Los niños de la última guerra
Los niños que vivieron su infancia tras la Guerra Civil descubrieron rápidamente el valor de un juguete, un libro o unos zapatos nuevos. Conocieron las cartillas de racionamiento, el frío y la carencia de libertad, pero supieron dar lo mejor de sí mismos cuando España estrenó la democracia.
Hoy en día, casi todos esos niños de la posguerra, son los abuelos de las víctimas de un nuevo conflicto, silencioso, casi invisible, que está desmontando su futuro a golpe de capitalismo salvaje y crecimiento insostenible. Pero, al contrario que sus abuelos, esta nueva generación está creciendo entre algodones, protegidos y consentidos, alejados de cualquier frustración que les pueda traumatizar, educados como consumidores compulsivos y vecinos de unas ciudades convertidas en parque temáticos de pantallas planas deslumbrantes.
Cada mañana son depositados en los colegios, donde el gobierno de turno les ha obsequiado con un ley educativa repleta de contenidos y ocurrencias. Por si fuera poco, ahora los queremos bilingües (haciendo que otras materias como las ciencias se evalúen en lengua comanche –Flor tener estas partes- con exámenes tipo test dignos de una reposición de Un, Dos, Tres) y que pasen las tardes con extraescolares, por aquello de estar más preparados (y aparcados). Pero, eso sí, no queremos que sufran… Un suspenso es un conflicto, una incidencia en clase un fracaso del profesor, una camiseta de Chulanaldo no comprada es un síntoma de mala paternidad o un límite puesto en casa es una señal de autoritarismo.
Los profesores estamos asistiendo con estupefacción al
crecimiento de estos niños de la nueva posguerra económica y nos hacemos cruces pensando en su futuro, donde la precariedad laboral y la explotación les aguardan. Por eso he llegado a la conclusión que dentro de unos años no triunfarán los grandes estudiantes que han vivido en una urna antibalas donde conviven con su expediente inmaculado. No. Los que van a labrarse un proyecto de vida son los que están peleando cada día, levantándose ante una mala nota, los que perciben las dificultades y los reveses como oportunidades, los valientes que dan un paso al frente para arriesgarse, los que deciden pasar un verano en el extranjero porque saben que una flower no es más que un flor que no miras por el microscopio.
Así que menos contenidos y más inteligencia emocional. ¿Qué te han castigado? Algo habrás hecho. ¿Qué te han suspendido? Pues trabaja más. ¿Qué el entrenador pasa de tu culo? Ya sabes, toca entrenar más fuerte. ¿Qué todos tus amigos llevan zapatillas Nique-Fuerandepieldelince? Pues la de Alcampo tienen unos lo colores de lo más fashion.
Por cierto, mañana tengo examen de matemáticas con terribles ecuaciones y barbaridades algebraicas. Luchad, cachorrillos, luchad… Ojalá alguno suspenda y, mirándome con cara de odio, me suelte eso de: el próximo te lo apruebo por mis huevos.